Apostar por lo diferente significa aceptar que puedes pasarte la vida escribiendo sin ver ningún resultado positivo. Pero también significa que, si un día aciertas, lo harás a lo grande.
Puedes escuchar Elogio de la Acción Contra Intuitiva si te apetece.
Seamos honestos: si estás leyendo esto es posible que seas un escritor novel y desconocido. Y si eres un escritor novel y desconocido, lo más probable es que estés haciendo lo mismo que hacen todos los demás escritores desconocidos para darte a conocer. Publicas en redes sociales con la esperanza de que el algoritmo te sonría, sigues las modas del mercado y, tal vez, incluso has tomado notas de algún gurú que promete enseñarte a «monetizar tu talento». Vamos, que juegas al bingo literario, esperando que algún día canten tu número.
Ahora bien, déjame hacerte algunas preguntas: si casi todos hacen lo mismo, pero solo unos pocos consiguen algo parecido al éxito, ¿qué te hace pensar que tu enfoque va a funcionar? ¿De verdad crees que haciendo lo mismo que los demás vas a conseguir resultados distintos?
Sé lo que estás pensando. «Es que arriesgarse da miedo». Claro que da miedo. Pensar de forma contra intuitiva, aunque parezca evidente, requiere algo que muchos no tienen: valentía para jugarse el todo por el todo. Escribir desde un lugar incómodo. Salirse del guion. Hacerlo, aunque no tengas ni idea de si funcionará.
Vamos a ponerlo claro: ¿quién querría leer un relato de un relojero obsesionado con capturar almas en mecanismos perfectos? Pues alguien lo escribió. ¿Y una novela en la que el protagonista ni siquiera se da cuenta de que está en medio de una tragedia griega disfrazada de comedia? Alguien más lo hizo. Estas historias, raras, incómodas y aparentemente imposibles de vender son las que terminan quedándose en la memoria. No porque siguieran las reglas, sino porque las rompieron todas.
Y te diré algo más: es posible que tu problema no sea la falta de talento, sino la falta de riesgo. Seguramente escribes para gustar, no para provocar. Publicas para acumular aplausos, no para crear una obra que resista el paso del tiempo. ¿Y sabes qué es lo peor? Que el lector lo nota. En este mundo hipercompetitivo, nada huele más a fracaso que intentar destacar desesperadamente.
Sí, lo sé, ser contra intuitivo no es fácil. Y no hay garantías. ¿Dónde las hay? Apostar por lo diferente significa aceptar que puedes pasarte la vida escribiendo sin ver ningún resultado positivo. Pero también significa que, si un día aciertas, lo harás a lo grande. Porque la mediocridad nunca dejó huella, pero el que tiene el coraje de romper con lo establecido siempre termina cambiando algo.
Y ahora te toca decidir. ¿Vas a seguir nadando a favor de la misma corriente que el resto, esperando que mágicamente todo cambie, o vas a apostar por ti mismo? Piensa bien tu respuesta, porque o escribes algo que sacuda al mundo, o solo podrás aspirar a ser otro escritor mediocre.
Por cierto, el relato del relojero obsesionado con capturar almas en mecanismos perfectos se titula La invención de Robert Herendeen y forma parte del libro Los asesinos, del escritor estadounidense Steven Millhauser (Libros del Asteroide, 2015). Y la novela en la que el protagonista se mueve sin entender que vive una tragedia es Lucky Jim, de Kingsley Amis, traducida al español como Jim el afortunado (Anagrama, 1990).
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Gallego Rey