El Sesgo de Confirmación en la Autopublicación: ¿Camino Real o una Ilusión?
En los últimos años ha emergido una nueva generación de escritores que han adoptado la autopublicación como el único camino viable para sus obras, dejando de lado la tradicional búsqueda de editoriales. Este cambio de paradigma en el mundo literario ha sido impulsado por diversas razones: «la dizque democratización de las plataformas digitales», el aumento en la independencia a la hora de gestionar las obras y, por supuesto, la creciente dificultad para ser aceptado por una editorial tradicional. Sin embargo, esta tendencia no está exenta del reverso en la moneda. Una de las dinámicas más interesantes que se ha observado entre estos autores es el sesgo de confirmación, que les lleva a desestimar las editoriales tradicionales y abrazar la autopublicación como la opción superior, sin considerar todos los matices del debate. Pero convendría poner algunos puntos sobres las íes. Vamos a ello:
El auge de la autopublicación
Con el auge de plataformas como Amazon Kindle Direct Publishing, Lulú, Smashwords etc, los escritores tienen a su disposición herramientas para llegar a posibles audiencias sin intermediarios. La promesa de autonomía es atractiva: no más rechazos por parte de agentes editoriales, ningún contrato vinculante que comprometa los derechos de la obra, y un control total sobre el proceso creativo, desde la portada hasta la corrección final. Y esto para muchos escritores, especialmente aquellos que han sido rechazados por editoriales tradicionales, parece la panacea. Pero en este contexto, el sesgo de confirmación juega un papel crucial. Estos autores tienden a buscar y destacar información que respalde la idea de que autopublicar es la mejor decisión, ignorando o minimizando las desventajas potenciales de este enfoque: blogs, redes sociales y foros de escritores están llenos de testimonios de autores autopublicados que han logrado éxito financiero o reconocimiento, pero rara vez se mencionan las dificultades asociadas con la promoción, distribución y la calidad del producto final. Así nace la narrativa de rechazo a las editoriales tradicionales.
Y una de la narrativa común en este grupo de escritores es que las editoriales tradicionales son obsoletas, restrictivas y, en algunos casos, innecesarias. El rechazo, en vez de ser visto como una señal de que tal vez la obra necesita más trabajo o ajuste, es interpretado como una prueba de que las editoriales están desconectadas de los gustos actuales o que solo buscan éxitos comerciales garantizados. Este discurso, aunque a veces puede tener fundamentos, también está cargado de un sesgo que refuerza la idea de que cualquier opción distinta a la autopublicación es inherentemente negativa. Pero este enfoque ignora una realidad más compleja: las editoriales tradicionales, si bien no perfectas, ofrecen una serie de ventajas que muchos autores autopublicados no logran alcanzar por sí mismos. La edición profesional, el marketing especializado, la distribución a gran escala y el prestigio asociado a estar en una editorial reconocida son beneficios que se dejan de lado en este discurso unilateral, reforzando el sesgo de confirmación, que se fortalece en el entorno digital, donde los algoritmos de redes sociales y motores de búsqueda tienden a mostrar información basada en los intereses y comportamientos previos de los usuarios. Así, los escritores que ya creen en la superioridad de la autopublicación encontrarán innumerables artículos, vídeos y foros que refuercen esa perspectiva, mientras que las críticas o los argumentos en contra son fácilmente desechados o invisibles. De esta forma, se forma una burbuja informativa que no solo alimenta el ego del escritor, sino que también refuerza su decisión, aunque no necesariamente sea la más acertada para su carrera.
Pero en la autopublicación hay los desafíos «invisibles», sus dificultades.
El escritor autopublicado no solo debe ser un buen narrador, sino también asumir roles que van desde la corrección de estilo hasta el marketing digital. Muchos se enfrentan a la dura realidad de que, sin una estrategia sólida de promoción y distribución, sus libros no logran el alcance esperado, lo que deriva en una venta mínima y frustración. Además, la falta de una retroalimentación crítica externa puede conducir a obras que no estén pulidas o que presenten errores graves de estructura, gramática o coherencia. Mientras que una editorial tradicional somete las obras a un riguroso proceso de selección y edición, en la autopublicación, a menudo, el escritor está solo ante esta tarea. Muchos autores «ignoran» estos desafíos en favor de historias de éxito esporádicas, como las de aquellos que, contra todo pronóstico, han triunfado en el mundo de la autopublicación.
El equilibrio entre las dos opciones
No se puede negar que la autopublicación ha «suavizado» el acceso al mundo editorial, permitiendo que autores de todo signo lleguen a lectores de todo el mundo. Sin embargo, es esencial que los autores emergentes reconozcan el sesgo de confirmación que a veces influye en sus decisiones y busquen una perspectiva equilibrada. Tanto la autopublicación como la publicación tradicional tienen sus ventajas y desventajas, y la elección entre ellas debe estar basada en una evaluación objetiva de los objetivos personales, la naturaleza del proyecto y los recursos disponibles. En lugar de caer en una visión dicotómica de «autopublicación versus editorial», deberían considerar las posibilidades híbridas, donde una obra puede autopublicarse primero para luego ser adquirida por una editorial, o viceversa. Lo crucial es no permitir que el sesgo de confirmación ciegue a los escritores a las múltiples posibilidades que existen en el mundo de la publicación literaria.
Así, podemos determinar que, la nueva generación de escritores que se inclina exclusivamente por la autopublicación puede estar cometiendo un error al desestimar el valor de las editoriales tradicionales sin una reflexión adecuada. El sesgo de confirmación, que refuerza sus creencias previas y minimiza las críticas, puede llevar a decisiones poco informadas. El camino hacia el éxito literario no es único ni universal, y tanto la autopublicación como las editoriales tradicionales tienen su lugar en el panorama actual. La clave está en ser consciente de los sesgos que influyen en nuestras decisiones y en tomar el camino que mejor se ajuste a nuestras metas individuales, sin descartar ninguna opción por prejuicios o creencias preconcebidas.